Mantener un comportamiento respetuoso mientras disfrutamos de una travesía en velero es una forma pequeña, pero fundamental, de minimizar nuestro impacto en estos delicados ecosistemas. Este artículo ofrece unas reflexiones sobre cómo equilibrar nuestras necesidades y deseos con la protección y preservación de los mares.
Cuando se navega en velero, es importante recordar que no estamos solos. Vivimos en un mundo compartido por innumerables criaturas marinas. Cada vez que salimos al mar, entramos en su hogar. Como tal, debemos esforzarnos por minimizar nuestro impacto sobre el medio ambiente y las especies que viven allí. Para ello, necesitamos educación, conciencia y disposición para tomar decisiones sostenibles.
En primer lugar, uno de los mayores problemas al que se enfrentan nuestros mares es el de la contaminación. En este sentido, hay diversas prácticas que pueden ayudar a mitigar el impacto. Comienza por un enfoque de «cero residuos» a bordo de tu velero. Esto significa que debes ser consciente de la basura que generas y asegurarte de deshacerte de ella correctamente. No dejes basura en el mar, independientemente de su tipo. Desde latas de refresco hasta toallitas húmedas, todo puede ser dañino para el ecosistema marino.
Asimismo, si tienes la opción, opta siempre por productos biodegradables y no tóxicos. Esto incluye cualquier producto de limpieza que uses en tu barco, así como productos personales, como protectores solares y jabones. Muchos productos comunes contienen sustancias químicas que pueden ser tóxicas para los organismos marinos. Algunas investigaciones indican que ciertos ingredientes de los protectores solares, por ejemplo, pueden ser perjudiciales para los corales.
También es vital ser consciente del ruido que producimos en nuestras embarcaciones. Aunque puede parecer inofensivo para nosotros, el ruido submarino, especialmente el producido por motores y equipamientos electrónicos, puede ser muy perturbador para muchas especies marinas. El ruido puede interferir con su comunicación, comportamiento de alimentación, y en general, puede causarles estrés.
Por lo tanto, siempre que sea posible, opta por utilizar exclusivamente las velas. Además de tener un menor gasto económico, el ruido que genera un velero propulsado por el viento es mínimo. Igualmente, procura no reproducir música a gran volumen y minimiza el uso de dispositivos que produzcan ruido excesivo.
En caso de encontrarte con fauna marina durante tu viaje en velero, es esencial recordar que debes respetar su espacio. Sufrir acoso constante por las embarcaciones, los buceadores y los nadadores puede alterar su comportamiento e incluso su salud. Mantén una distancia segura de cualquier animal y nunca trates de nadar con animales marinos, a menos que estés en una actividad supervisada por profesionales y que esté regulada para proteger a las especies involucradas.
Por último, el uso consciente de los recursos marinos también es vital. Respeta las leyes de pesca y protección de especies y habitats que rigen en la zona en la que estás navegando. No recojas objetos del fondo marino, especialmente corales y conchas, no ancles en áreas sensibles y no lances basura por la borda.
Navegar es una experiencia increíblemente gratificante que nos permite explorar y disfrutar de los mares de formas que pocas actividades pueden igualar. Sin embargo, es crucial que durante nuestras excursiones marítimas seamos conscientes de nuestro impacto y hagamos todo lo posible por minimizarlo. Solo a través de acciones sustentables y conscientes podemos asegurarnos de que las futuras generaciones también puedan disfrutar del asombro y el placer de deslizarse por las olas impulsados por el viento.